miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿ES POSIBLE ELUDIR EL NAUFRAGIO?

Hoy en día nos enfrentamos a todo tipo de retos que no hacen sino dificultar cada vez más nuestro cotidiano intento de sobrevivir a lo que es la vida y lo que esto supone. Nos encontramos inmersos de lleno en nuestra lucha diaria por mantener a flote, cada uno según lo que le ha tocado, el barco que navega a la deriva sin rumbo fijo, ignorando lo que está más allá del horizonte; un horizonte que se antoja gris y con inquietantes tintes de una catástrofe inminente; afrontando tempestades tanto emocionales como socio-económicas sin precedentes en la historia de la humanidad y aguantando las embestidas de estos nefastos tiempos que nos ha tocado vivir, usando todo lo que tengamos a mano; a saber, artilugios y herramientas de mayor o menor eficacia, pero medios al fin y al cabo que nos permiten soportar la cruenta caída en picado del estilo de vida bautizado, desde que acabó la II guerra mudial, como occidental.
Nos hemos embarcado o nos han embarcado en un barco que fue catalogado en su primera singladura como un Titanic, capaz de surcar los mares más bravos y sortear olas de alturas jamás antes vistas.Un barco que nos ofrece unas garantías, sin auténticos garantes ni avales en condiciones, para que la travesía llegase a buen puerto sin sufrir demasiadas bajas, o por lo menos conservar gran parte de la estructura de este Titanic actual que es la globalización, un sistema económico y político concebido, primordiamente, para que todo funcione acercando y estrechando las relaciones comerciales entre todos los moradores de este planeta nostrum llamado Tierra. Desgraciadamente, no se ha previsto o no se quiso preveer-prevenir-, la llegada del Tsunami financiero que nos azota a todos y que amenaza con arrastrar a su paso todo el sistema económico; un Tsumami cargado de fraudes, timos, estafas, engaños y un sinfín de artimañas urdidas para favorecer a unos pocos, todo bajo el correoso nombre de tecnología financiera y volver a poner de manifiesto el sempiterno egoísmo de la humanidad traducido, sencillamente, en SALVESE QUIEN PUEDA...
Jamás a lo largo de toda la historia de la humanidad, se ha visto tanto desorden y mezcolanza de toda índole, como al que asistimos en la actualidad atónitos, pasmados, boquiabiertos y con ganas de vomitar nuestras entrañas, por si así alcanzásemos el tan deseado anhelo de purificarnos de tanta putrefacción. Veo difícil, pero no imposible, una total catarsis por lo complejo del diagnóstico, un historial socio-económico elaborado por supuestos gurús (especialistas de todo y en todo), los mismos que nos han metido en este espeso y maloliente fango.
He dejado de creer en las revoluciones. Ya estoy más que decepcionado con las muchas que se han sucedido a lo largo de nuestra historia y que ya ni merece la pena mencionar. No creo en ellas como un instrumento de cambio, simplemente porque el problema, la raíz de todos los males, está en nosotros mismos, está en nuestra condición intrínseca como seres humanos; a saber, la avaricia, la corrupción, el nepotismo, el egoísmo, la envidia, etc... Veáse por ejemplo como los líderes de cualquier revolución, siempre han estado rodeados de sus seres más allegados como gente de confianza para ejercer el poder... por lo tanto, el panorama no pinta muy bien que se diga.
Ni capitalismo salvaje que instrumentaliza todo (el poder político, los sindicatos o pseudo-sindicatos, los trabajadores que pasan a ser considerados meramente números e útiles para sacar adelante la producción), ni economía estrictamente nacionalizada, burocratizada y controlada en todo momento por el poder político de cualquier color (autócrata, demócrata, totalitario-dictatorial, monárquico o presidencialista tipo república bananera). Sé que es complicado dar con la fórmula idónea, pero es posible que dar mayor protagonismo a los ciudadanos, por mucho que le fastidie a Platón, es la receta más adecuada en connivencia con los instrumentos del sistema ya existentes. En definitiva, la alienación abarca todo pero hay que seguir experimentando hasta dar con el sistema socio-económico y político que mejor nos convenga y proteja. Un sistema que emana realmente de nosotros y reinvierte en nosotros.

2 comentarios:

  1. Siempre interesante el contenido y en un formato limpio, muy masculino. Me gusta.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesantes tus contenidos pero espero que sean más frecuentes. Formato muy agradable, limpio y masculino.

    ResponderEliminar